SEGUNDO ACTO de LA FORMULA

OBRA DE TEATRO: "LA FÓRMULA"

SEGUNDO ACTO

Despacho del Juez como Sala de interrogatorios


Escenario:

Una mesa y varias sillas


Se abre el escenario y está el Juez Maso sentado y a su costado el agente Flo le habla.


FLO.— ¡Tenga le devuelvo el diario que me ha dejado, no quiero tener problemas con Vd., ¡Jamás le había visto estar tan receloso con una prueba!

JUEZ.— ¡Ni receloso, ni ostias! sólo cumplo con mi deber en la custodia de una prueba. 

Por cierto que ya ha pasado una semana y aún no hemos detenido a nadie.

FLO.— Una semana no es nada de tiempo, piense que estoy sólo en este caso.

JUEZ.— ¡Siempre te estás quejando! ¡A ver si hacemos alguna detención, en los próximos días! me gustaría que cuando vuelvan los periodistas, poderles dar en los morros con un detenido o... detenida.   

¿Has tenido tiempo de leer el diario, en esta hora?

FLO.— Lo he leído a "trozos", una hora no es tiempo suficiente, le he puesto algunas marcas en lo que considero importante. Pero... por cierto, ¡le faltan algunas páginas, parece como si las hubieran arrancado! ¿No sabrá Vd. algo de quién las ha arrancado?

JUEZ.— ¡No digas tonterías! las debió de arrancar la muerta, esto pasa muy habitualmente, escribes algo de lo que luego te arrepientes, y como no se puede borrar, ¡pues arrancas las páginas, y aquí no pasa nada!

FLO.— ¡Lo que su Señoría diga! no es necesario que me recuerde que el Juez es Vd. y además, que es Vd. quien manda.       

JUEZ.— ¡Pues me alegro mucho de ello, por fin te vas enterando!  

FLO.— Aquí donde le he marcado, es donde habla de su mujer... aunque yo ya había averiguado que estaba casado

JUEZ.— ¡Apártate! que no puedo leer... ¡además apestas a rosas! ¿que mierda de colonia usas? 

FLO.— ¿Colonia? ¡Yo no utilizo "COLONIA"!, me pongo perfume dos veces al día, ¡como mínimo!

JUEZ.— ¡Pues hueles a rosas mustias, como las de las coronas de los muertos! ¡Tienes que ponerte "Tom of Finland"!

FLO.— ¡"Tom of Finland", muy puesto lo veo yo...a su Señoría!

JUEZ.— ¡Bueno déjate de tonterías y continuemos! aquí dice:

"Cuando llevo ya dos meses separado de mi mujer, he decidido ingresar en la "Clínica Transformer", para completar mi proceso de cambio de sexo. La puta de Dolores, no me ha dejado el dinero que le he pedido, parece mentira que estuviera tres años casada con ella..."      

JUEZ.— ¡Vale, ya vamos colocando las piezas de este puzzle! ¡Y me dices que ya la has podido localizar?

FLO.— ¡Si, esta citada para esta mañana!, dentro de unos minutos aparecerá por el despacho. 

Pero, ¡déjeme que le explique como la he localizado!

JUEZ.— ¡No hace falta! ¡me lo supongo! Gracias a la vecina debiste averiguar a nombre de quién estaba alquilado el piso, y por eso. ya conocemos cual era el nombre de la muerta. A continuación has deducido por su edad, que posiblemente estuviera casado o divorciado, has consultado el Registro Civil, y has averiguado el nombre de la esposa, luego has hecho un seguimiento y ha sido localizada... ¿Me equivoco en algo?

FLO.— ¡Coño! ¡perdón su Señoría! ¡es Vd. una máquina!

JUEZ.— ¡Te lo tengo dicho, aquí el Juez soy yo! ¡yo soy quien piensa! ¡yo soy, quien manda! y tú... ¡obedeces!

FLO.— ¡Sin lugar a dudas! pero... la Vecina, no me supo decir el nombre completo de su novio, el que visitaba a la muerta. Sólo me dijo que atendía al nombre de "Lindo".  

JUEZ.— ¡Venga, no me ofendas! ¡El nombre completo, te lo ha dado también la Vecina!, a la que le has prometido que le devolverías la cabeza de su marido y con la que te traes un rollete. 

FLO.— ¡No, la vecina no sabía su nombre completo! 

JUEZ— ¿Y la correspondencia, seguro que has encontrado algún papel con su nombre?

FLO.— ¡Me ha descubierto! Entre el montón de cartas que guardaba la Vecina, ¿y no me pregunte porqué lo hacía? Había una carta del "Banco Pi", con una tarjeta a su nombre.

JUEZ.— Pues debía espiar a la muerta, no decía que le "robo a su Marcial"    

FLO.— ¡Lo dicho es una máquina! y antes de que me lo pregunte, le diré que lo hemos citado para que declare, justo después de que lo haga la esposa, ¿le parece todo bien así a su Señoría?

JUEZ.— ¡Sin coñitas, sin coñitas, que te abro un expediente!

Lo que no tengo tan claro es que la vecina esté libre de sospechas. Motivos para matarla, si tenía. Como ella mismo dijo: "Le había robado a su marido". 

FLO.— Pero parecía sincera, cuando explotó a llorar al ver la cabeza de su Marcial. O es muy buena actriz, o la apariencia era de que tenía mucha pena y sentimiento.

JUEZ.— ¡Uhmm, quizás! ¡quizás tengas razón! pero no abandono la idea de más adelante citarla para interrogarla. Y tú ten cuidado, que esta viuda, va de paleta y lo que está es "mal foyá".

FLO.— Pero como dice eso, si la mujer está a dos velas desde que la dejó su marido.

JUEZ.— ¡Pues más a mi favor..! ¡es una "mal foyá", y te va a enganchar!

Pero volvamos al caso, ¿tienes algún sospechoso en mente?        

FLO.— ¡Quizás la exmujer, pero tengo mis dudas!, necesitaría saber quienes eran los "clientes" de la asesina y he pensado que sería mejor que me pasara el diario a mí, y yo le haría un resumen de lo más importante.

JUEZ.— ¡Ni hablar! cuantas veces tengo que recordarte quien es el Juez.

¡El diario se queda conmigo!  

FLO.— ¡No se enfade, es que yo se que su Señoría anda muy atareado, y lo decía para aliviarle de este trabajo. Y además leyéndolo, podremos averiguar quienes eran sus clientes.

JUEZ.— ¡No digas tonterías! me parece a mí que en este diario, solo apuntaba sus ocurrencias, como si fuera un guión de una película, ¿en definitiva, que todo lo que dice es mentira!

FLO.— ¡Mentira! ¡mentira! ¿y que me dice de todos los restos, cabeza incluida, que nos encontramos?

El Juez titubeando

JUEZ,— ¡Eso es verdad! ¡Habré de estudiar más el diario!  

Y ahora...   

¡Vete a mirar a ver si ha llegado la mujer...!

Mirando los papeles y encontrando el nombre.

JUEZ.— ¡Dolores, Dolores Tía Buena!

FLO.— ¡Marchando una de Dolores!

Y se dirige y abre la puerta:

FLO.— ¡Dolores, Dolores Tía Buena!

Se oye una voz y entra

TIA BUENA.— ¡Aquí, aquí! ¡yo soy Dolores Tía Buena.

Aparece una mujer muy guapa con una gabardina tapándola, que entra en el escenario y se acerca a la mesa del Juez, y le muestra la mano, este se levanta y le besa la mano.

JUEZ.— ¡Póngase cómoda, señora!

TIA BUENA.— ¡Señorita!

Se quita la gabardina y da una vuelta por el escenario exhibiéndose.

(Efecto de silbidos)

JUEZ.— ¡Por favor... Señorita... siéntese! 

Colocándole la silla y volviéndose a sentar en su sillón. A partir de ahora en todo momento tiene que mantener unas posturas como de enamorado de Tía Buena.

Se acerca Flo que coge una silla y se sienta

FLO.— ¡A ver!, ¿es Vd. Dolores Tía Buena?

JUEZ.— ¡Alto, alto! ¿que modales son esos? ¡más respecto a la señorita! a partir de ahora ya continuaré yo el interrogatorio.

FLO.— ¡Pero su Señoría!

El Juez le dirige un mirada inquisidora.

JUEZ.— ¡Buenos días Señorita Dolores! ¿le molestaría decirme si conocía Vd. a Manuel Cortés, más conocido como Ivonne? 

TIA BUENA.— ¡Si lo conocía!, estuve casada con él durante tres años.

JUEZ.— ¿Y le dio buena vida o... mala vida?

TIA BUENA.— Al principio se portaba bien conmigo, ¡no me faltaba de nada! No se de donde sacaba el dinero, pero nuca me faltó de nada.

Pero el último año, dejó... dejó... ¡me da mucha vergüenza contarlo!

JUEZ.— ¡No tenga Vd. reparo, Señorita Dolores, esto es como si lo contara en un confesionario, de aquí no saldrá nada de lo que diga!

TIA BUENA.— ¡Ejem...! ¡Pues como les decía... el último año, ya no hacíamos el amor, dormíamos en habitaciones distintas.

Y un buen día, sin más, ¡me dijo, que él se sentía mujer!, yo le dije:

¡Tu no eres una mujer, una mujer soy yo...!

Enseñando con sus manos sus tetas, el juez mirando abobado.

¡Para ser una mujer, haz de estar dotado por la naturaleza! 

JUEZ.— ¡Estoy totalmente de acuerdo con Vd.!  

TIA BUENA.— ¡Pues eso! ¡a Manolo no le sentó bien lo que le dije, y a partir de entonces todo fueron morros y un mal vivir!

JUEZ.— ¿Y por eso lo abandonó?

TIA BUENA.— ¡Pues sí! pero más bien fui yo quien lo echó, le dije que si quería ser una mujer, que se fuera a hacer de puta a otro sitio!

JUEZ. — ¡Bien dicho!

TIA BUENA.— ¿Verdad que sí su Señoría?

JUEZ.— Y una vez separados, ¿Le pasó algún tipo de manutención?

TIA BUENA.— ¿Manutención...? ¡Todo lo contrario, se atrevió a pedirme dinero para cortarse el "pito"! ¿Cree que esto se le tiene que pedir a una Señorita como yo?

JUEZ.— ¡Por supuesto que no! ¡menuda grosería!

¿Y lo volvió a ver Vd. después de ese día?

TIA BUENA.— ¡Pues sí! un día se presentó en casa, vestida de mujer, se había puesto "tetas postizas" y otros "arreglillos" que se había echo en el cuerpo. Traía una furgoneta que había alquilado y le acompañaba un hombre. Cargaron un arcón frigorífico que teníamos en el sótano, ¡y que por cierto, a mí no me dejaba acercarme a él, ni por supuesto abrir! y se marchó. Esta fue la última vez que lo vi.

JUEZ.— ¡Muy bien, lo está haciendo muy bien! ¿quiere un poquito de agua?

TIA BUENA.— ¡Pues sí, se lo agradezco! 

El Juez le pone agua en un vaso que le acerca, Dolores lo coge.

TIA BUENA.— Yo soy de las que piensa que cada bebida tiene su hora... por las mañanas ¡aguita! (y bebe un poco)

¡Por las tardes, un té con pastas. Y por la noche... ¡champagne! aunque últimamente me gusta más la ¡"mimosa"!

JUEZ.— ¡Uhmm, la "mimosa", exquisito coctel! ¡A mi también me encanta la "mimosa"!

TIA BUENA.— ¡Pues ya sabe Vd., ya que tenemos los mismos gustos...!

Flo interrumpe

FLO.— ¿Está segura de que no volvió a ver a su exmarido?          

TIA BUENA.— Como ya le he dicho...

El Juez interrumpe.

JUEZ.— ¡Pues nada más, ya hemos terminado!

FLO.— ¡Un momento su Señoría, yo tengo unas preguntas para la Señora!

JUEZ.— ¡Señorita, te ha dicho que es una Señorita, que no está casada!

Y aquí las preguntas las hago yo, así que ya hemos terminado.

¡Acompaña a la Señorita Dolores al despacho de Petra, y que pase en limpio estas notas (dándole un papel) y luego se lo de a firmar.

¡Y no me contestes! 

Luego Señorita Dolores, cuando haya firmado, me gustaría que volviera, pues Vd. y yo, tenemos que continuar hablando de algunas cosas...

TIA BUENA.— ¡Para mí, será un placer, hablar con Vd., de lo que sea...!            

Se pone de nuevo la gabardina y acompaña a Flo a la salida.

Mientras el Juez, piensa en voz alta:

JUEZ.— ¡Me he enamorado! ¡Esta es la mujer de mi vida! ¡Mi media naranja! ¡ Tiene que ser mía, sea como sea! Desde que acabó lo mío con "La Mulatilla" ¡no había vuelto a sentir nada igual.

Aparece de vuelta Flo, que se acerca al juez. (45 minutos)

JUEZ.— ¡Sin comentarios Flo!

FLO.— ¡Bueno, yo quisiera...!

JUEZ.— ¡He dicho sin comentarios!       

¿Para cuándo has citado al novio?

Mira el reloj

FLO.— ¡Pues ya estará a punto de llegar!

JUEZ.— ¡Ya sabes lo que tienes que hacer!

FLO.— ¡Si, su Señoría!

JUEZ.— ¿Qué te he dicho sobre las "coñitas"?

FLO.— ¡Ya salgo!

Flo va hacía la puerta y gritando:

FLO.— ¡Lindo "El Gigoló"! ¡Lindo "El Gigoló! ¿está aquí?        

LINDO.— ¡Presente! ¡Presente!

Y entra por la puerta, ambos van hacía la mesa, Lindo da una vuelta por el escenario. (Efecto)

LINDO.— ¡Lindo "El Gigoló" está aquí, para lo que gusten mandar, eso sí, pagando!

JUEZ.— ¿Como que pagando? ¿Dónde se ha creído que está?

LINDO.— ¡Ahí perdón! ¡es la costumbre!

Flo que se ha quedado prendado con Lindo, sale en su defensa.

FLO.— ¡Discúlpelo, su Señoría! ¡estos actores de teatro, son así!

JUEZ.— ¡Bueno, pero que cambie de aptitud!, que esto no es un escenario, es una sala de interrogatorios, y aquí se acude a contestar a lo que le pregunte el Juez, ¡y ese soy yo! ¡¿Entendido Señor Lindo?!

LINDO.— ¡Por supuesto! ¡Yo creo que me he cagado del susto!

FLO.— ¡Tampoco hay para tanto! ¡Siéntese aquí! (poniéndole la silla).

Vd. conteste a lo que se le pregunte... ¡y todo irá bien!

JUEZ.— ¿Mantenía Vd. una relación sentimental con Manuel Cortes?

LINDO.— ¡Su majestad yo no conozco a nadie con este nombre!

JUEZ.— ¡Caballero!, yo no tengo ningún camello, tengo un descapotable y una moto, pero ningún camello, ¡así que no me llame su majestad, mi tratamiento es "su Señoría"!. Y aclarado esto, le vuelvo a preguntar:

¿Conocía Vd. a la señorita Ivonne?

LINDO.— ¡Si, a esta lagarta, si la conocía!

FLO.— ¡Me gusta este término de "lagarta"!, yo también lo utilizo para nombrar a este tipo de mujer.

JUEZ.— ¡Dejaros de términos los dos, y más respeto a los muertos!

¿Mantenía una relación sexual con la fallecida?

LINDO.— ¡La mantenía, la mantenía y por supuesto que era especial, pues le hacía unos precios especiales!

JUEZ.— ¿Cómo que unos precios especiales?

FLO.— ¡Cuidado con lo que contestas...Lindo!

JUEZ.— ¿Pero, como te atreves? ¿Cómo vuelvas a dirigir al sospechoso te abro un expediente ahora mismo?

FLO.— ¡SI su Señoría!

JUEZ.— ¡Y Vd. conteste!

LINDO.— ¡Yo creo que me he vuelto a cagar!... ¡Mire su Majestad, perdón, su Señoría! Cuando no trabajo de actor, que créame, de cada día hay menos trabajo. Yo soy "un profesional de la compañía", como una especie de psiquiatra, algo similar..., una persona que da cariño y escucha a las personas necesitadas de compañía, y por ese servicio cobra unos modestos emolumentos. 

Y efectivamente, la Señorita Ivonne, era una de mis más fieles clientas, yo la atendía de manera habitual varios días del mes.

JUEZ. — ¿Y supongo que como profesional, Vd. cobraba por sus servicios?

LINDO.— ¡Efestivamente! 

FLO.— ¿Y admite Vd. tarjetas de Crédito?

LINDO.— Si necesita de mis servicios, ¡seguro que encontraremos una manera de pagarlos... aunque ¡yo soy muy caro! ¡soy muy caro de mantener!

JUEZ.— Y hablando de tarjetas de crédito, ¿porqué solicitó una a su nombre en el "Banco Pi"? 

LINDO.— ¡Ah esa tarjeta! no la pedí yo, la solicitó Ivonne. ¡Y yo no la llegué a usar... ni siquiera, a ver! 

JUEZ.— ¿Y por eso mató a Ivonne? ¿para robarle todas sus pertenencias?

LINDO.— ¡Ni hablar! ¡Yo no mato ni a las moscas! ¡Ivonne siempre me pagaba rigurosamente! y por cierto (mirando a Flo) ¡En metálico, nada de tarjetas de crédito! ¿Para qué iba a matar a "la gallina de los huevos de oro".

JUEZ.— ¿Entonces porqué la mato?

LINDO.— ¡Otra vez! ¡que ya le he dicho que yo no mato ni a una mosca! Le contare hasta donde yo sé, que fue la causa por la que...¡dejo de ser mi clienta!

Un día, que por cierto estaba bastante bebidita...

FLO.— ¿Y como lo sabe Vd.?

LINDO.— Pues, porque aparte del olor de su aliento, me cambio el nombre, me llamaba Dolores, y me dijo que ella en verdad era un transexual. Que se había operado, y ahora como mujer lo que quería era tener una familia, y adoptar niños... ¡Menuda lagarta!

FLO.— ¡Muy bien dicho!

El juez le hecha una mirada a Flo, e interrumpe:

JUEZ.— ¡Continúe por favor!

LINDO.— ¡Pues eso! yo le dije que a mi las mujeres solo me gustaban para sacarles el dinero, ¡perdón! como clientas, que mis gustos iban en otro sentido...

FLO.— ¡Bien dicho!

El Juez lanza otra mirada pero no interrumpe

LINDO.— Parece que no le sentó nada bien lo que le dije, ¡me sacó a patadas de su piso!

JUEZ.— ¿Y Vd. volvió y la mató?

LINDO.— ¡Otra vez! ¡Su majestad se repite más que un ajo!

JUEZ.— ¡¿Cómo se atreve?!

FLO.— ¡Lindo un poco más de respeto a su Señoría!

LINDO.— ¡Es que no para de insistir...! ¡¿Y por eso la mató?! ¿Porqué la mató...! ¡Erre que erre!

JUEZ.— ¡Bueno, vamos a tranquilizarnos! 

Leyendo del diario personal

Aquí dice: "Lindo me ha despreciado cuando le he contado lo mío, me ha llamado "lagarta" y me ha dicho que no quería saber nada más de mí, que sus planes eran otros y si le seguía molestando, me mataría..."

Esta versión no cuadra con lo que Vd. nos está diciendo.

LINDO.— ¡Pues, no sabía yo que fuera tan cotilla! además lo que dice no es cierto. Cuando me dijo que antes había sido un hombre, me dio mucho coraje, yo entiendo que en una relación, ¡aunque fuese profesional! debe haber confianza mutua. Y ella no la tuvo conmigo, pues esto me lo contó después de muchos meses de... digamos, ¡mantener negocios mutuos! 

FLO.— ¿Entonces no es cierto que le sacara a patadas de su casa?

LINDO.— ¡Efestivamente! ¡he dicho una mentirijilla! 

Se levanta y pasea por el escenario

¡A "Lindo el Gigoló" nadie lo saca de su casa, Lindo se marcha porque él quiere"! (Y así lo va repitiendo y paseando)

JUEZ.— ¡Lo ve Agente Flo! ¡él la mató! 

FLO.— ¡Espere su Señoría, no saque conclusiones aun!

¡Lindo párate!                   

En este momento entra por la puerta la muerta, con su vestimenta original de un camisón y maquillada como al principio, una muerta.

La entrada debe ir acompañado de gritos y discusiones. (efecto)

IVONNE.— ¡Ya estoy aquiii! ¡¿Dónde está Lindo? ¡He dicho que dónde está Lindo! ¡Ya te veo, maldito! ¡Te voy a matar!

Mirando donde están. Los demás se muestran sorprendidos ante tal aparición.

FLO.— ¿De dónde ha salido ésta?

Rápidamente Ivonne se acerca a ellos, mostrando amenazante el cuchillo que lleva y fijándose en Lindo. 

JUEZ.— ¡Apártate Flo, que la mujer está enloquecida!

Ivonne se acerca a Lindo y este sale corriendo por la sala, la muerta detrás, repitiendo:

IVONNE.— ¡Te voy a matar! ¡no hullas!

LINDO.— ¿Pero de dónde sales tú? ¿No estabas muerta? 

Y los dos salen corriendo por el escenario, la muerta le persigue.

IVONNE.— ¡Morirás maldito! ¡Me suicidé por ti, y no te lo merecías!

FLO.— ¿Ve su Señoría como es inocente? 

JUEZ.— ¡Pues de poco le va a valer como lo pille!

Al fín lo alcanza y le clava el cuchillo

IVONNE.— ¡Muere canalla! 

Lindo cae desplomado gritando:

LINDO.— ¡Aggg, me muero, me ha matado! ¡Lindo El Gigoló" se marcha de este mundo! 

Ivonne se marcha hacía la puerta, pero antes se para y señala al Juez

IVONNE.— ¡Yo a tí te conozco!

El agente Flo saca su arma. Ivonne lo ve e interrumpe su conversación con el Juez, y sigue su camino a la puerta.

En esto que entra también Dolores Tía Buena. Flo apunta hacía ambas.

JUEZ.— ¡No, no dispares! ¡puedes matar a mi Dolores!

FLO.— ¡No permitiré que se escape después de haber matado a mi Lindo!

TIA BUENA.— ¿Qué haces tú aquí Manuel? ¡Estás, estás muy desmejorado! ¡estas operaciones que te haces, no te favorecen en nada!  

¡Y ahora que lo pienso! ¿Pero no estabas muerto?

Ivonne levanta el cuchillo para matarla también.

IVONNE.— ¡Tú no me ayudaste cuando te necesitaba! ¡Te mataré a ti también!

(Efecto, se oye un disparo)

Es el inspector Flo que ha disparado, pero ha apuntado mal y le ha dado a Dolores, que cae muerta.

TIA BUENA.— ¡Agg, Dolores Tía Buena, ya no está tan buena!

JUEZ.— ¡Pero  que has hecho desgraciado! ¡has matado a mi amada! ¡Has matado a la futura madre de mis hijos! 

FLO.— ¡Se ha puesto delante! ¡lo siento!

En este momento aprovecha Ivonne para huir, lo planificado es que lo haga como en el acto primero, es decir salir por delante, por el pasillo. 

Pero como escena alternativa puede salir por la puerta.

Ahora ambos se abrazan a su fallecidos amados.

Flo a Lindo y el Juez se acerca a abrazar a Dolores.

Ambos sollozan pronunciando frases de amor. 


FIN DEL SEGUNDO ACTO

SE BAJA EL TELÓN  (8 Pgs.) (57 minutos)

CONTINUAR CON EL TERCER ACTO (PULSAR AQUÍ).

Entra el Juez, lo recibe el Doctor, que lleva un serrucho en la mano (lleva una bata blanca manchada de sangre).

JUEZ.— ¡Buenos días Tripas! ¿Te han traído ya los cadáveres?

TRIPAS.— Si...! ahora me disponía a abrirles la cabeza y ver cuales eran sus pensamientos.


OBRA PROTEGIDA CON DERECHOS DE AUTOR

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Asiento © 05 / 2019 / 92

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